domingo, 22 de agosto de 2010

LA UNIDAD DE LA COLECTIVIDAD

“Music makes the people come together” *

Ese sonido ensordecedor que sólo genera la unidad masiva… la colectividad ardiente, la euforia multitudinaria.
Liderar al océano humano debe ser toda una gran, gran experiencia pero esa deberá ser parte de otra historia distinta (y complementaria de la que se está contando el día de hoy).
Es el ritual más concurrido que existe. Parecería contradictorio pero aún con el alto costo material que implica, nunca existirá un regalo como esta unión que por varios minutos se da entre miles de personas, orquestadas por otros cuantos o por uno solo.
Y así empieza. Un anuncio; en periódico, en línea, en la radio. Desde luego, la primera emoción es una alegría desmedida pero inmediatamente seguida de una ligera angustia por el sufrimiento que deberemos de enfrentar para conseguir un lugar dentro del recinto del rito.
Ciertamente, es un espectáculo que para los registros de la memoria y de las emociones, no tiene precio, aunque en el sentido estricto, sí que lo tiene.
Una vez conseguido el tan ansiado trozo de papel a través del cual tendremos acceso a la ceremonia que sólo son capaces de crear los sabios de las cuerdas, del viento, las percusiones y la voz, sigue contar los minutos, las horas, los días, y desde luego, disfrutar de esta suerte de fiebre que precede al destino final.
Al fin, el día ha llegado, y a pesar de habitar entre gigantes de hierro y feroces automotores, cualquier esfuerzo será poco para no fallar a la cita…
Y ahí está, imponente. Enorme y expectante para poder rendir tributo a los dioses inspiradores de las más extraordinarias notas, los más extravagantes intercambios de colores y la unión de millones de voces que se transforman en una para fundirse en un idilio singular.
Experiencia liberadora, transportadora y particular… la música no sólo se escucha; se siente, se toca, se ama se sufre y se goza y nos funde en una misma humanidad.

*Music
Madonna
Music, 2000

(040810)

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